Los recuperadores organizados de Pamplona a diario se les ve tocando las puertas o los timbres de las edificaciones para que les entreguen las bolsas repletas con materiales reciclables que previamente fueron separados en la fuente y que se pueden aprovechar.

Es una labor que realizan durante la semana, sin descanso, pues con una situación difícil y los inconvenientes generados por la pandemia de COVID-19, tienen que conseguir dinero para el sustento de sus hogares.

El grupo está afiliado a la Asociación Ambiental de Aseo y Reciclaje de Pamplona (Renacer). Tienen rutas establecidas para recoger los deshechos sólidos que se generan en los hogares pamploneses.

Para la representante legal de Renacer, Martha Cecilia Pedraza Parra, la situación generada por la pandemia del coronavirus les ha afectado en la recolección, pues en tiempos normales estaban recolectando entre 40 y 47 toneladas al mes pero desde el inicio de la cuarentena o aislamiento social obligatorio, las cantidades descendieron entre 20 y 25 toneladas.

Además, la asociación ha tomado medidas extremas para salvaguardar la vida de los recicladores, que cuentan con los elementos de protección como overoles, guantes, tapabocas y máscaras faciales. Antes de salir y cuando llegan de cumplir con las faenas diarias son sometidas a los procesos de desinfección y lavado de manos.

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De las 80 personas que hacen parte de la Asociación, 55 son mujeres cabeza de familia que se dedican a la recolección de los desechos sólidos aprovechables.

Sin embargo, la representante de Renacer, que es la única empresa constituida para la recolección de residuos sólidos o aprovechables del municipio, le solicitó a la ciudadanía darles buen trato a los recicladores, porque ellos cumplen una labor social y ambiental que hay que destacar.

Pedraza expresó su molestia porque muchos usuarios cuando pasan por las rutas, les lanzan desde los edificios las bolsas con los elementos, en donde al caer se rompen y esparcen el contenido en el suelo.

También este tipo práctica pone en peligro la integridad física de los recicladores, pues podrían resultar heridos.

“Creo que debe ser que la gente tiene temor por lo que está sucediendo con el virus y para evitar contacto físico, optan por dejar caer las bolas desde los últimos pisos”, sostuvo.

Sobre como salen a trabajar, Pedraza, indicó que llevan puesto los elementos de protección. También frecuentemente se están lavando las manos y aplicando gel antibacterial.  

Igualmente considera que en la ciudad se deben instalar puestos o elementos para que los recicladores y demás personas puedan realizar las acciones de autocuidado, entre ellas el lavado de manos.