Consecuente con el momento histórico que vive el país y el protagonismo que adquirió desde el pasado 19 de junio, cuando se convirtió en la primera vicepresidenta afro de Colombia, Francia Márquez Mina asumió ayer el compromiso de trabajar por esa Colombia desterrada y excluida durante décadas.
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Frente a miles de colombianos que acompañaron su posesión y que sueñan con los cambios que pueda liderar no solo desde la Vicepresidencia, sino desde el Ministerio de la Igualdad que también presidirá una vez sea creado, Márquez juró trabajar “hasta que la dignidad se haga costumbre”.
“Juro ante Dios, el pueblo de Colombia, mis ancestras y ancestros, respetar la Constitución y trabajar por los colombianos y colombianas que históricamente han estado excluidos”, le dijo al nuevo presidente Gustavo Petro.
Nacida hace 40 años en una familia pobre de Suárez (Cauca), esta lideresa social y ambientalista reiteró su intención de trabajar en los próximos cuatro años por convertir a Colombia en una potencia mundial de la vida, en la que se pueda “vivir sabroso”.
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“Hoy Colombia asume un desafío a favor de la paz, la justicia social, racial y de género, un desafío a favor de la dignidad y el cuidado de la casa grande. Asumimos esta labor junto con el presidente Gustavo Petro con amor y compromiso”, manifestó.
Una posesión cargada de simbolismo
Desde su posesión por parte del presidente Gustavo Petro, que fue interrumpida por cuenta de la primera orden presidencial, que exigía traer la espada de Bolívar al acto, hasta el atuendo que lució ayer, estuvo cargado de simbolismo.
Rodeada por su familia, Francia Márquez llegó a la Plaza de Bolívar luciendo un imponente traje azul del diseñador Esteban Sinisterra, que evocaba la diversidad étnica y la paz.
El otro elemento que llamó la atención fue sus aretes, diseñados en forma de mapa de Colombia y con cada uno de sus departamentos tallados.
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Para quienes siguieron la transmisión en vivo y por las redes sociales, el mensaje que transmitió Márquez con su forma de vestir fue, una vez más, potente.
Hija del pueblo negro, raizal y palenquero
Francia Márquez Mina es abogada, madre de dos hijos, lideresa ambiental e “hija del pueblo negro, raizal y palenquero”.
Se formó en el Proceso de Comunidades Negras, lo cual le ayudó a llegar a la Universidad Santiago de Cali para adelantar sus estudios de Derecho.
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En 2015 recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos y en 2018 el Premio Goldman, el equivalente al Nobel del medio ambiente.
Hasta su elección, la política no le había sido ajena, pues en 2018 aspiró a la Cámara de Representantes y fue presidenta del Comité Nacional del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia.
En 2019 quisieron matarla con granadas y ráfagas de fusil por defender el agua de su comunidad, en una región donde los grupos armados imponen su ley, financiados por el narcotráfico y la minería ilegal.
Se dio a conocer en la reciente campaña presidencial con un discurso feminista, ambientalista y de izquierda, y por su propuesta de “vivir sabroso”, una corriente de los pueblos afro que defiende la paz y la armonía con la naturaleza.
La sencillez y la humildad le han marcado en su vida de lideresa social y ahora como política. Considera que la dignidad no tiene precio, que la dignidad hace parte de la esencia de cada ser humano y que debe poner al servicio de la vida, de la construcción colectiva.
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