Los martes o viernes 13 son días que guardan misterio para quienes tienen la creencia de que sucesos extraños puedan presentarse, o como se dice popularmente: "guardan mal augurio".
Hace más de 80 años ocurrió una tragedia que acabó con la vida de una mujer y un joven que se encontraban en el barrio Carora de Cúcuta, el martes 13 de 1942.
Al parecer, los confusos acontecimientos de aquel día, comenzaron tiempo atrás con la grata amistad que una pareja de esposos tuvo con el joven Marco Benicio Hernández, quien era oriundo del Catatumbo y había llegado a la ciudad con el deseo de buscar nuevas oportunidades.
La pareja alojó al joven en su hogar, pero el ambiente de cordialidad y empatía se rompió cuando descubrieron que resultó enamorado de la mujer, que junto a su esposo, le había abierto las puertas de su casa.
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Es por eso que se vio obligado a salir de allí en busca de un nuevo rumbo y se quedó unos meses trabajando fuera de la capital nortesantandereana en una compañía petrolera, hasta que finalmente decidió regresar.
La tragedia
Los esposos, Modesto Ramírez y María Petra Ariza se dedicaban a diferentes oficios. El hombre, a la construcción de edificaciones, y la mujer tenía una venta de pescado en la ciudad.
Aquel día, surgieron varias versiones sobre el lío pasional que acabó en la muerte. ¿Qué sucedió?
La primera versión de lo que pudo haber ocurrido aquel martes 13, es que una persona corrió hasta la construcción donde el hombre se encontraba laborando y le contó que habían asesinado a su esposa que se encontraba en la casa.
Al parecer, el asesino era aquel joven, quien había regresado a Cúcuta.
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"Inmediatamente don Modesto llegó a su casa donde encontró el cadáver de su compañera, salió a la calle precipitadamente y logró localizar a Hernández dándole muerte de una violenta puñalada", escribió el cronista Gerardo Raynaud.
La otra versión que se tiene de la muerte de la mujer y el joven, es que alguien le avisó al esposo que se encontraban juntos en una cita amorosa, por lo que el hombre lleno de rabia se fue corriendo hasta su casa y los asesinó a ambos.
Las investigaciones
De inmediato se conoció la tragedia por la muerte del joven y la mujer, las autoridades llegaron al lugar para hacer el levantamiento de los cadáveres.
Al día siguiente, después de indagar en las distintas versiones de los hechos, se dieron unas declaraciones oficiales en las que se dio fuerza a la primera hipótesis: el joven lleno de rabia se había obsesionado con María Petra Ariza, por lo que durante un tiempo se había encargado de rondar su casa, hasta que decidió asesinarla.
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Su esposo, al ser avisado de los hechos, llegó hasta su hogar, encontró el cuerpo y lleno de ira sacó una cuchilla, alcanzó al joven y lo asesinó.
En la inspección que se hizo en la ropa de la mujer encontraron una carta redactada de su puño y letra como una especie de testamento en el que dejaba sus pertenencias a unas personas de la ciudad.
También se conoció que le había confesado a una amiga que se iría a un viaje sin regreso.
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