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Salud
La podología, clave para cuidar la salud de los pies
Fundamental para evitar, detectar y tratar molestias y lesiones a tiempo.
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Categoría nota
Domingo, 28 de Enero de 2024

Todos los días usamos nuestros pies para movernos, pero muchas veces pasamos por alto que estos, al igual que otras partes del cuerpo humano necesitan cuidados especiales, porque son los que soportan el peso del organismo y, sobrevalorar su resistencia, no solo podría llegarnos a afectar en nuestra forma de caminar, sino también en la postura y calidad de vida. 


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Y para cuidarlos y mantenerlos sanos, existen profesionales en la podología, una rama de la medicina que muchas veces pasa desapercibida, pero que juega un papel fundamental para garantizar el correcto funcionamiento de los pies. 

“Un podólogo es el que se encarga de atender todos los problemas patológicos de los pies como uñas incarnadas, verrugas, uñeros, pies diabéticos, todo lo relacionado con las plantillas para corregir las pisadas, también hacemos quiropodia que se conoce como pedicure clínico, terapias musculares para los pies y tobillos, todo esto con instrumental especializado, sin lastimar, ni dañar la piel”, explicó Alberto Cedeño, podólogo profesional consultado por La Opinión. 

Cedeño manifestó que las atenciones más frecuentes se presentan por uñas incarnadas o también llamada oni-cocriptosis, una afección bastante molesta y limitante, pues la uña crece dentro de la piel, causando dolor, infla-mación y en algunos casos, infecciones. 


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El profesional indicó que esto se debe a que, en algunas ocasiones, las personas cambian la forma de sus uñas, es decir que, si estas crecen de forma redonda, las cortan para que queden cuadradas, ocasionando una modificación que afecta el crecimiento de las mismas; además de que hay quienes las dejan crecer mucho y sumado a esto usan zapatos inadecuados. 

Mientras que, en otros, casos, las uñas incarnadas pueden aparecer luego de un mal procedimiento estético, ya que hay centros de belleza donde se presta el servicio de pedicure, pero las uñas no son arregladas de la manera adecuada. 

“Una uña se incarna y la piel se inflama y salen granulomas, lo que genera que en unos casos se tenga que operar la uña, pero también hay tratamientos pequeños donde con anestesia y un procedimiento básico las podemos sacar”, apuntó el profesional. 

Cedeño indicó que hay que tener en cuenta que existen más de 20 tipos de uñas, por lo que es necesario identificar cuál es la forma de estas en cada persona, para realizar tratamientos adecuados y mantenerlas en buen estado. 


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Los pies están formados por 33 articulaciones, 26 huesos y 19 músculos.  /Fotos: Cortesía / La Opinión

 

La quiropodia

Aunque es un término desconocido para muchos, en los últimos años la quiropodia o pedicure clínico se ha convertido en un tratamiento habitual, donde más allá de lo estético, se realiza una limpieza de manera profunda en los pies. 

El podólogo se encarga de realizar un buen corte y fresado de las uñas, cuidando la morfología de estas, además de eliminar las durezas que generan molestias, tanto en la planta de los pies como en los talones, también se hace limpieza de callos y una reflexología podal que consiste en realizar algunos masajes en los pies para estimular ciertos puntos que están conectados con otras partes del cuerpo.


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“La recomendación es hacerlo cada 30 días, pero depende del estado de los pies de las personas puede ser más o menos tiempo, porque eso también va en los cuidados de las personas, pero si es indispensable hacerla, porque recordemos que los pies son las mejores llantas que tenemos”, comentó.

Si una pedicurista no tiene los conocimientos sobre el cuidado de los pies, más allá de lo estético, no puede tratar patologías de los pies como uñas incarnadas, heridas o grietas, ya que pueden desencadenar un problema.

 

Pie diabético

Los problemas de pie diabético son una preocupación importante en la atención médica ya que las personas con diabetes tienen complicaciones serias, como daño de los nervios y mala circulación, destacando que la falta de sensibilidad y el flujo de sangre reducido pueden ocasionar que una ampolla pequeña en un pie pueda avanzar hasta convertirse en una infección seria en cuestión de días. 


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Y para tratar este tipo de situaciones, los podólogos también están preparados  con tratamientos mucho más especiales. 

“Cuando se recibe a un diabético, se le hace una revisión de su historia clínica para establecer si padece diabetes tipo 1 o 2 y se les hace firmar un consentimiento informado donde autorizan que podemos intervenir, porque es una enfermedad delicada y ellos vienen con el propósito de que no los lastimemos, ya que cualquier herida puede convertirse en una gangrena y es una complicación grave”, detalló Cedeño. 

En este sentido, explicó que se trabaja en base a las recomendaciones del médico especialista que trata al paciente, pues se debe tener en cuenta cuáles medicamentos pueden tomar, si les dan la autorización de que un podólogo los trate y de qué forma. 

Las recomendaciones para tratar esta afección son mantener controlado el nivel de glucosa en la sangre, evitar caminar descalzo para no sufrir alguna lesión producida por objetos que se encuentren en el suelo, lavarse los pies todos los días con un jabón suave y con agua tibia, usar crema hidratante, evitar el frío en los pies y medias ajustadas, usar calzado cómodo que no sea rígido, revisar los pies todos los días para detectar cualquier anomalía y acudir con el podólogo periódicamente para el corte y cuidado adecuado de uñas, y así tener un control regular y exhaustivo de los pies.


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La prevención, el tratamiento y la educación sanitaria del paciente son claves para lograr una buena evolución con esta enfermedad, pues todo radica en la responsabilidad y cuidados que la persona afectada tome. 

Pies diabéticos. / Foto: Cortesía

 

Otras atenciones

Desde la podología se pueden tratar otras afecciones como hongos en las uñas, siendo la onicomicosis y onicogrifosis los más comunes, donde las uñas se endurecen o se ponen frágiles, se resecan, cambian a un color amarillento y, si no se tratan a tiempo, suelen ocasionar fuertes dolores y malos olores. 

“Para tratar los hongos utilizamos tratamientos tópicos o vía oral, pero también se usa láser y alta frecuencia para cicatrizar las heridas de los uñeros o matar bacterias y lo que ocurra alrededor de la piel inflamada”, dijo el podólogo. 


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Además, pueden tratar verrugas producidas por el virus del papiloma humano (VPH), las cuales se cauterizan o eliminan con láser, así como con tópicos, todo dependiendo del estado de salud de los pacientes. 

“Hay verrugas que son mixtas, otras que aparecen en un solo lugar del pie, entonces hay que revisar qué procedimiento se aplica, porque no a todos se les puede hacer lo mismo, por ejemplo, pueden llegar personas con cáncer, mujeres embarazadas, diabéticos, entonces a veces lo más práctico es recetar tópicos”, destacó.   

Todos los elementos usados para los procedimientos deben limpiarse, desinfectarse y esterilizarse.

 

Una mala experiencia 

Carolina Guerra acudió en diciembre a maquillarse las uñas a su centro de belleza de confianza, sin imaginar que este procedimiento la dejaría por casi un mes sin poder usar zapatos cerrados y acudiendo a un podólogo de emergencia. 

“La vanidad me salió cara, porque el querer tener las uñas bonitas como siempre me ocasionó padecer de una infección en los dos dedos grandes del pie, donde tuve que acudir a urgencias y amenazaron con quitarme las uñas, pero me salvó un podólogo”, dijo Guerra. 


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Y es que, luego de arreglarse sus uñas, lo que comenzó con un leve dolor se convirtió con el paso de los días en dos dedos inflamados, infectados y totalmente morados que tuvieron que ser atendidos en urgencias médicas. 

Inicialmente, le recetaron antibióticos y un tópico, consignando en su historia clínica que se trataba de una onicocriptosis (uñas incarnadas). 

Carolina pensó que con los medicamentos sería suficiente, pero con el pasar de los días, al no ver ninguna evolución, decidió acudir con un podólogo. 

“Yo pensé en volver a donde la pedicurista para que me hiciera algo, pero era desesperante el dolor, entonces preferí buscar ayuda profesional. Me anestesiaron y en cuestión de segundos me sacaron los lados de las uñas y sentí alivio de inmediato, porque caminar ya me estaba doliendo mucho”, apuntó. 


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Después de 15 días del procedimiento, logró recuperar totalmente la movilidad de sus pies, pero con la advertencia de cuidarlos muy bien, pues debido a la herida, la piel demorará algunos meses en recuperarse totalmente.

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Centro de Podología. / Foto: Cortesía / La Opinión
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