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Táchira
Atractivo turístico de Ureña ahora es punto de recolección de aguas termales
Colombianos, brasileños y estadounidenses visitaban la zona.
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Martes, 2 de Mayo de 2023

El Parque Municipal Marcos Pérez Jiménez, ubicado en la comunidad de Aguas Calientes, municipio fronterizo Pedro María Ureña, estado Táchira (Venezuela), es considerado un sitio con grandes potencialidades eco turísticas que en otrora llegó a ser un destino predilecto para los nortesantandereanos y propios de la zona, pero ahora es reconocido y visitado por habitantes locales que llegan hasta el lugar con envases en busca de agua para suplir la necesidad de sus hogares.


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En este parque existe una fuente de aguas termales, pero antes de llegar a este punto, se debe atravesar la zona de los lavaderos, en donde se pudo notar que hace años funcionaban locales de comida; sin embargo, ahora todos están cerrados porque muy pocas personas acuden a realizar turismo. Incluso, durante la época de pandemia el lugar fue muy concurrido por lugareños que buscaban reforzar su inmunidad al virus.

A través de un recorrido por el sector, se pudo observar que el manantial de aguas termales se mantiene intacto, pero a un costado, los habitantes han extendido mangueras para trasladar el preciado líquido hasta los lavaderos de ropa y a un punto donde las personas puedan acercarse a llenar sus vasijas.

En la zona, el paisaje resalta a la vista el humo que brota de una naciente en pleno cerro, desde donde baja el agua termal hasta un pozo que fue construido por un indígena, que por varios meses cuidó del área y luego se fue de la zona por motivos que los residentes desconocen. Vale mencionar que al área del pozo también es conocido como “Pringle”.


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La comunidad lleva 4 años en esta situación.

 

Según datos aportados por lugareños, esta área fue declarada como parque el 5 de diciembre de 1957; no obstante, la gaceta oficial reportó que la fecha de creación fue en 1991, y desde entonces es visitado por personas de diversos municipios de Colombia, que disfrutan de las aguas termales por sus características medicinales, según expuso Jesús Gutiérrez, habitante de Aguas Calientes.

“El padre tenía el restaurante de Aguas Calientes, pero se murió y todo esto se acabó”, dijo Gutiérrez.
Desde hace cuatro años, contó el residente, tuvieron que extender las mangueras con aguas termales para los vecinos, a raíz de una escasez que dejó prácticamente sin agua a la población.


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“Día y noche viene la gente de San Antonio y Ureña a recoger agua, dejamos una manguera abierta en la noche, nosotros mismos hicimos esas tomas”, relató.

Darwin Antonio Vargas, a diario, acude a la toma de agua termal con una carretilla y transporta agua azufrada con la que calman la sed y cocinan en casa, su madre y sus tres hijos. 

“Tengo tres hijos y nosotros consumimos mucha agua”, expuso el hombre, quien demostró que tienen meses sin recibir agua por tubería. 

De acuerdo con una investigación desarrollada por el Instituto Pedagógico Rural Gervasio Rubio (UPEL) personas del interior del país, de Colombia y de otros países como Brasil, España, Perú y Estados Unidos visitaban las aguas termales. 


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Durante algunos años esta zona también se volvió impenetrable debido a la presencia de grupos paramilitares que merodeaban el espacio. Actualmente, no se observó vigilancia permanente por parte de cuerpos de seguridad.

Las aguas termales eran visitadas hasta por estadounidenses./ Fotos: Anggy Polanco/ La Opinión

 

A los lavaderos va hasta gente de Cúcuta

Los lavaderos de Ureña se ubican en la entrada del parque y poseen pasillos con 52 lavaderos públicos a donde los habitantes de Ureña y de Cúcuta, acuden para lavar la ropa, los cuales, se convirtieron hace años en la única opción en este municipio para lavar ante la crisis hídrica que se vive. 

Los usuarios deben pagar 2.000 pesos por hacer uso de este espacio para lavar mano o en unas modestas lavadoras que alquilan en el mismo sitio,  el cual funciona con aguas termales que bajan desde la naciente.  Vale mencionar que este espacio fue recuperado en el año 2020 por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). 

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La comunidad lleva 4 años en esta situación.
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