La evolución en las últimas décadas como consecuencia del acceso masivo a Internet ha sido tan veloz que, para quienes no tienen acceso a la conectividad, esta carencia equivale a haberse quedado en el siglo pasado. Algo que es más importante aún en los casos en que la falta de conectividad aísla a las escuelas de los contenidos y la comunicación. En esas escuelas se está formando a personas que no estarán completamente preparadas para el mundo en el que vivirán.

Para los educadores y estudiantes de todo el mundo, tener acceso a Internet ya no es un lujo o excentricidad. Es una real necesidad. En las comunidades rurales y remotas, donde no llega la banda ancha terrestre que les proporcione conectividad, la solución más rápida y eficiente es a través de la tecnología satelital. Gracias a los más modernos satélites de alto rendimiento, cada escuela puede disponer hoy de un gran ancho de banda para participar en clases remotas, consumir videos, hacer videollamadas grupales o descargar archivos de gran tamaño, amén de acceder a todo el conocimiento disponible en Internet.

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Todo mientras se conectan múltiples alumnos simultáneamente. De esta forma, la tecnología satelital hace un gran aporte para que no haya diferencias entre a lo que puede acceder un alumno de escuela rural y otro en un gran centro urbano. Todos tendrán acceso a la educación más moderna de forma igualitaria. Por lo tanto, para los gobiernos de la región, los proyectos de desarrollo social para la reducción de brecha digital tienen mucha urgencia ya que en la medida en que pasa el tiempo, la misma se ensancha.

Además de su capacidad para conectar cualquier lugar del mundo, la conectividad satelital es de rápido despliegue. Al estar disponible en toda su área de cobertura a partir del momento de la puesta en servicio de un satélite, la implementación es mucho más rápida. Tan rápida como instalar una antena satelital (y su equipamiento asociado) en una escuela. Por ello es posible que se lleven adelante planes muy agresivos en términos de despliegue, con tiempos sustancialmente más bajos que si los mismos se hicieran via redes terrestres (por cable o radio), cuyo costo para llegar a comunidades remotas es prohibitivo.

De esta forma, la conectividad satelital puede ser desplegada muy rápidamente. Esto permitió que en Colombia se pusiera en marcha un plan para conectar 10.000 escuelas en 1 año.

Adicionalmente, esa conexión sirve también para proveer Internet vía Wi-Fi al resto de la población local, haciendo extensivos los beneficios de la conectividad de las escuelas a la comunidad a la que pertenecen.

A través del Wi-Fi comunitario, los adultos tienen acceso a capacitación (cursos, tutoriales), comercio (para vender sus productos y comprar), relaciones con el Estado (trámites, gestiones varias) y finanzas (medios electrónicos de pago para cobrar y pagar). Ellos también pueden acceder a estos beneficios de la sociedad moderna.

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La banda ancha ya no es un lujo. Es necesaria para fortalecer el tejido social del país y sentar las bases de un futuro mejor para todos. En los últimos años, Hughes ha trabajado en América Latina para llevar Internet de banda ancha donde otras tecnologías no han podido llegar, conectando más de 25.000 escuelas rurales en Latinoamérica. Lo hace a través de sus cuatro satélites cubriendo la región, con uno más que estará operativo a mediados del 2023, prácticamente duplicando la capacidad total de la empresa disponible en la región.

Como el mayor proveedor de Internet por satélite del mundo, Hughes sabe cómo la conectividad cambia las comunidades locales. Por su parte, los gobiernos que deciden avanzar con la conectividad satelital de sus escuelas rurales aceleran el acceso y hacen de la inclusión digital una prioridad. La combinación de capacidad tecnológica de Hughes con la voluntad política de los gobiernos en la región resultan en una mejora la calidad de vida de los ciudadanos ahora y en el futuro. Sólo es necesario seguir avanzando en esta senda.

Escrito por: 

Daniel Losada, Vicepresident International Sales in Hughes.

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