Comunidad pide mayor atención a las condiciones de la escuela. / Foto Luis Alfredo Estévez.
Inseguridad y consumo de estupefacientes
Aun así, este escenario deportivo no es el único inconveniente. En el barrio existen 3 canchas más en situación de abandono por parte de los entes territoriales, unas de ellas posee maleza y nula iluminación, lo que la convierte en foco de inseguridad para los habitantes por los jóvenes que consumen sustancias sicoactivas allí.
Una de las zonas donde más se concentra la inseguridad en el barrio, corresponde a una calle que se pavimentó hace 6 años, pero al no existir postes de luz, la empresa pública nunca gestionó iluminación para la zona.
En consecuencia, son constantes los robos y los atracos. Incluso, en los peores momentos del barrio han encontrado cadáveres escondidos en bolsas.
Según Silva, la escalada en la inseguridad se debe a la presencia de extranjeros que “no vienen con buenas intenciones”.
También presentan un problema con la falta de policiales, ya que solo existen 2 Comandos de Atención Inmediata (CAI) en toda la comuna 3, lo que obliga a cada centro policial a estar alerta de 6 barrios al mismo tiempo.
Cuando los llaman por un atraco, tardan en llegar, y así, el delincuente sale bien librado en la mayoría de los casos.
Esto ha motivado a los habitantes a mantenerse unidos, por medio de un comité de seguridad en cada una de sus cuadras y grupos de WhatsApp en los que se mantienen informados si observan a una persona sospechosa adentrarse a alguna vivienda.
“Santa Ana es uno de los sectores con más sitios de esparcimiento deportivo, nosotros somos amigables y sociables como comunidad, pero no podemos estar en todos los lugares al tiempo, por eso hay vecinos pendientes en cada cuadra cuando se daña una bombilla o una alcantarilla”, explicó Silva.