Doce familias quedaron damnificadas, mientras que otras ocho están en riego de perder sus viviendas, debido a un proceso de remoción en masa que se viene registrando desde el primero de diciembre en el barrio Alfonso Gómez, en el anillo víal occidental.

El jueves 15 de diciembre una grieta que se había formado en el terreno se hizo aún mayor y eso generó un derrumbe que hizo que colapsaran dos casas construidas de material y diez que fueron levantadas con lonas, tablas y zinc.

Una de las viviendas pertenecía a Rey Gómez, quien contó haber sido testigo  desde el pasado 1 de diciembre del fenómeno geológico.

“Todos los santos días yo la grieta por ahí a las 6:00, 7:00 de la mañana y se bajaba 3 a 4 centímetros. A las 11:00 a 12:00 de la noche la volvía a medir y se había bajado otros 3 centímetros hasta que completó los 62 centímetros a los 15 días y fue cuando se desplomó”, dijo.

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Aunque algunos vecinos estaban renuentes a salirse de sus casas, como el caso de Miriam Castro, los que sí advertían la emergencia que se avecinaba los obligaron a hacerlo porque la mayoría de casas fueron construidas en madera y eso hacía mayor el riesgo. 

Miriam Castro estaba con su padre, un adulto mayor, y su hijo de 17 años. Dijo que eran alrededor de las 8:00 de la mañana y estaban haciendo el desayuno cuando los gritos de los vecinos los alertaron. 

Contó que la tierra empezó a “revolcarse” y se fue rodando. “Iba bajándose pero muy rápido y eso fue saliendo nosotros que el terreno se hundió. Los ranchos se rajaron por la mitad y se partieron”, declaró. 

Salió con sus dos hijos

Leidy Castro, habitante de Alfonso Gómez, vivía con su esposo y con dos hijos, uno de 9 meses y otro de 2 años, en una de las casas de bloques y concreto que se desplomó casi por completo. 

Relató que, como el resto de los damnificados, logró salir a tiempo antes que se les viniera el techo encima, porque por la ubicación esa sería la casa  más afectada. 

Solo dos paredes quedaron en pie y desde entonces han tenido que alojarse con su madre en una vivienda vecina que arrendaron. “Ahí ya no hay nada que recuperar, lo perdimos todo, por ahí salvamos lo que medio alcanzamos a sacar”, contó. 

Sonia Pimiento, líder social de Alfonso Gómez, con cinco años acompañando a la comunidad, contó que entre los afectados hay adultos y niños. El día en que ocurrió el deslizamiento, los vecinos tuvieron que unirse para brindarles asistencia con donaciones y alimentos para que  hicieran una olla comunitaria.

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Dijo que ese día, aunque ya se cumplían dos semanas son lluvia, el terreno estaba debilitado por las precipitaciones de semanas atrás. Además de la humedad en el terreno, uno de los daños más graves se produjo porque ante la falta de alcantarillado la mayoría de las familias había hecho excavaciones para sacar pozos sépticos, relató.

“Antes no teníamos tuberías, ya nos la pusieron pero el terreno ya estaba afectado y parece que eso lo debilitó”, dijo.

Pimiento hizo un llamado a los organismos de socorro para que los damnificados puedan ser reubicados y reciban ayuda humanitaria inmediata.

Dijo que la mayoría no tiene dinero para pagar arriendo y por esa razón se han tenido que unir varios en una casa .

Zona de amenaza 

Huber Plaza, secretario de Gestión del Riesgo Municipal, informó que su equipo de trabajo ya realizó una visita para la caracterización de las familias afectadas a través del sistema de Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN).

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Aclaró que de acuerdo al mapa número 5 por remoción en masa urbana del Plan de Ordenamiento Territorial aprobado por el Concejo de Cúcuta en el año 2019, el barrio Alfonso Gómez fue declarado como una zona de amaneza de media a alta, debido a la inestabilidad del terreno.

De manera adicional, la Secretaría informo que el riesgo se incrementó cuando se construyeron, por parte de la comunidad, los pozos sépticos para las descargas residuales domésticas. 

Los vecinos de Alfonso Gómez esperan recibir una pronta respuesta para superar la situación ante la amenaza que corren en el lugar.

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