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Editorial
Cuentas escolares
Un elemento que tiene a los jefes de hogar muy preocupados, como es la notificación pública por parte del gremio de comerciantes representado en Fenalco de que las alzas en los precios de los útiles escolares se situarán en por lo menos el 35%.
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Jueves, 20 de Enero de 2022

Es evidente el entusiasmo por el regreso a las clases presenciales en los colegios y escuelas. El Gobierno Nacional ya dijo que no hay vuelta de hoja, los padres empiezan a alistar a sus hijos para ese retorno y los profesores empezaron a preparar el calendario, luego de la ausencia generada por la pandemia del coronavirus, que todavía no ha cesado.

Pero a dicho retorno le surgió un elemento que tiene a los jefes de hogar muy preocupados, como es la notificación pública por parte del gremio de comerciantes representado en Fenalco de que las alzas en los precios de los útiles escolares se situarán en por lo menos el 35%.

La razón principal, como ha ocurrido con otra serie de artículos de consumo luego de la crisis sanitaria y de la paralización de la producción, es el incremento en los costos de las materias primas  y los productos importados.

Entre las razones expuestas para esos aumentos que causarán indudable efecto sobre los presupuestos familiares, se encuentra el hecho de que todavía los fabricantes de papel y otros materiales en China o Alemania, entre otros, no han logrado recuperar sus capacidades de producción con la suficiente rapidez para atender las necesidades del mercado. 

Otro ingrediente expuesto como factor disparador de los precios en este ineludible gasto en los hogares, y más ahora que estamos ad portas de volver a las aulas, es la crisis de los contenedores que ha generado que se aumenten hasta en 55 días los tiempos de entrega. 

Toda esa mezcla de factores, incluido lógicamente el dólar en alza, lleva a que el bolsillo se afecte de manera considerable, convirtiéndose la educación dentro de la canasta familiar, en un agente inflacionario que tendrá gran influencia dentro del índice de precios al consumidor que mensualmente mide el DANE.

Y como las bases y mediciones estadísticas son esenciales para soportar los conceptos y ayudar a entender la cotidianidad, precisamente acaba de darse a conocer un estudio internacional sobre el costo real de la educación para las familias en 12 países.

WorldRemit descubrió mediante ese análisis, que en Colombia el costo promedio por niño (lean bien por niño) para el regreso  a la escuela  o el colegio es de $1’054.200, o 129% de los ingresos de un mes completo en útiles escolares.

Lo anterior conlleva a indicar que a muchos les significa una dura prueba económica que puede implicar que se deba acudir al endeudamiento o a ‘apretarse el cinturón’ y recortar otros gastos o dejar de pagar algunas cuentas, para atender esta necesidad inaplazable que tiene que ver con la educación de nuestros hijos o nietos.

Para lograr que este derecho consagrado en la Constitución se cumpla a cabalidad, queda de presente que es urgente también considerar posibles auxilios estatales a los estratos uno y dos, por ejemplo, para que los niños y jóvenes no vayan a comenzar a desertar de las aulas, porque sus padres no los pueden  enviar con los útiles requeridos.

Así como se hace con el PAE para ayudar a mejorar las condiciones alimenticias de los estudiantes en los colegios públicos del país, debería el Ministerio de Educación o el Gobierno Nacional mediante apoyo de Unicef y de los cooperantes internacionales, garantizarles el mínimo de los cuadernos, lápices y otros elementos básicos para que ellos vayan a sus clases motivados.

Eso no es populismo o que lo quieren todo regalado. No. Es una solución que el Estado debe procurar para que no haya excusa posible para que todos los niños, adolescentes y jóvenes no queden por fuera del sistema educativo.

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