El 31 de enero de 2022, quedará reseñada como fecha especial en el calendario y para el recuerdo durante una buena temporada, porque es el día en que en Colombia y Norte de Santander la actividad educativa quedará restablecida completamente. 

Llamativamente, el último día del primer mes del año, los colegios tanto públicos como privados, las universidades, el Sena y las instituciones de enseñanza técnica volverán a tener a los alumnos en sus aulas, luego de la ausencia forzada por el coronavirus.

Este retorno se da, en el caso colombiano, luego de levantarse la restricción sobre el aforo, quedando entonces dos escudos protectores que no pueden descuidarse, para prevenir contagios.

El más importante tiene que ver con la vacunación, pero en este caso específico de los menores de edad, tanto para protegerlos a ellos, como a sus familias, a los profesores y a las personas con las cuales tengan contacto.

Lo ha dicho muy claro el cucuteño Gerson Orlando Bermont Galavis, director de Promoción de Prevención del Ministerio de Salud, de que es una prioridad proceder a vacunar a los niños antes del reinicio de la presencialidad escolar.

Esa es una tarea que les corresponde adelantar a los padres de familia y así buscar que más  alumnos lleguen con sus dosis contra la enfermedad para ayudar a cerrarle el paso a la propagación y contener posibles graves peligros, por ejemplo, para sus familiares de la tercera edad, que son los más vulnerables, o de aquellas personas que insisten en no aplicarse los biológicos.

Es tan importante este aspecto sanitario que ahora se volvió un asunto de primera línea que no puede ser obviado ni desechado, ya que las cifras señalan que en Norte de Santander el 55,4  % de los niños han recibido las dosis contra la pandémica enfermedad.  Datos del Plan Nacional de Vacunación, al 18 de enero, en el departamento se habían aplicado  138.465 dosis a niños entre los 3 y 11 años de edad, de los 249.495 que hacen parte de la proyección del DANE.

Un mensaje que debe tenerse presente es el expuesto por Bermont cuando recuerda que aunque no es obligatoria la aplicación de las más de 21 vacunas del programa  regular que protegen contra más de 26 enfermedades, su buen manejo por parte de los padres y madres ha llevado a salvar a sus hijos de graves males.

En el país, de los 7.1 millones de niños de 3 a 11 años, el 45% han recibido su primera dosis contra la COVID-19 y 1’224.223, lo que equivale al 17.2%, ya completaron esquemas. 

Entonces, la mejor manera de  evitar que los pequeños de la casa sean atacados por el virus, es vacunarlos, razón por la cual las autoridades de salud nacionales, municipales y departamentales deben facilitar dicho trámite a los ciudadanos.

El Ministerio de Salud, enviando la cantidad de los biológicos necesarios para el cubrimiento debido y que las secretarías locales y regionales disponiendo puntos cercanos a las escuelas y colegios para que los estudiantes puedan ser llevados para que les  apliquen la dosis respectiva. 

El ideal, para el caso de Norte de Santander es que los 249.495 menores de edad calculados por el DANE queden vacunados en su totalidad antes de que culmine el presente mes.

Desde el punto de vista comunitario, el tener al sector  educativo vacunado, es decir, estudiantes, directivos, docentes, entre otros, permitirá lograr una burbuja de protección ante la COVID-19 en los establecimientos escolares y, al mismo tiempo, extender esa protección a los hogares.