Las voces de rechazo
El personero Héctor Mauricio Díaz Villamizar indicó que la situación es crítica, ya que las denuncias y quejas son recurrentes en su despacho.
Mencionó que sufrió en carne propia esa pesadilla al solicitar un servicio y encontró a los médicos sin las herramientas mínimas de la misión encomendada.
“Tuve que comprar los medicamentos, ahora un campesino de Convención, parte de Teorama, El Carmen y la población migrante. Hago un llamado vehemente a la gerencia y al gobernador para que atienda los requerimientos”, precisó.
El concejal Leonardo Castilla solicita de manera encarecida, le tiendan la mano a la IPS que carece de todos los servicios. “Inclusive hasta de personal médico para llevar a efecto una buena atención, a la gente del Catatumbo. Señor gobernador, convención necesita su apoyo”, exclamó.
Los líderes sociales ya no encuentran soluciones a la mano y el personal médico trabaja en precarias condiciones. “En el mes de diciembre estuve 5 días hospitalizado me tocó comprar todos los medicamentos. También de una sobrina con dengue. Es muy triste, pedimos la intervención, pues hay personas que no tienen como comprar una solución salina”, indica Alexis Rojas.
Javier García Pineda, presidente del Concejo, recordó la Constitución Nacional donde se contempla ese derecho a la salud que ha sido vulnerado durante muchos años.
“A la asamblea solicitamos el control político de las personas encargadas de manejar la salud pues el municipio gira más de 5 mil millones de pesos anuales a la ESE y dónde se están invirtiendo esos recursos. Ya no aguantamos más un centro de salud en malas condiciones, queremos un hospital digno y más cuando somos la puerta de entrada al Catatumbo”, reiteró.
El concejal Wilfredo Trillos Jaramillo asegura que las falencias son muchas y el pueblo paga los platos rotos. “Desde el año 2000 se han hecho solicitudes a la ESE de Ábrego para una mejor atención para la calidad de vida que agoten los esfuerzos y gocemos de una salud privilegiada”.
El vocero comunal Luis Hernán Vila Bermúdez, indica que es triste llegar al hospital y observar el olvido en materia de salud. “Las camillas oxidadas, almohadas cocidas sin fundas, no hay citas, médicos pocos y la gente se va lanza en ristre con los profesionales. Debemos estar unidos, siempre se hacen reuniones y no pasa nada. Pongámonos la camiseta y defendamos la salud”.
Dixon Amaya Jácome, veedor de la Salud de la ESE de Ábrego, manifiesta que se necesitan médicos para evacuar las citas estancadas para que los campesinos no pierdan el traslado hacia el casco urbano.
Proponen una comisión humanitaria para viajar a la capital del departamento y exponer la situación ante la Asamblea con presencia del gobernador, antes que los profesionales de la salud renuncien por los malos tratos.
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