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Por los barrios
El sector de Atalaya que pasó de ser un chircal a un lugar habitado
El Desierto tiene una historia de lucha de 33 años.
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Martes, 27 de Septiembre de 2022

Para caminar por el sector El Desierto hay que tener buena condición física por las cuestas que ponen a prueba a cualquier persona. La gente que vive allí se acostumbró a la rutina de subir y bajar diariamente hasta el intercambiador de la ciudadela Juan Atalaya o la Avenida Kennedy, para subir a los vehículos de transporte público.


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A El Desierto, ubicado en la Comuna 8, no llegan las busetas, las personas no siempre pueden darse el lujo de pagar taxi para movilizarse hacía otras partes de Cúcuta, por lo que caminan largos trayectos para llegar hasta uno de los puntos por donde pasa alguno de estos automotores.

La historia asegura que esa zona de la ciudadela Juan Atalaya era un chircal donde los obreros cumplían esa titánica labor con picas y palas para sacar la arcilla que sirve para fabricar ladrillos y tabletas.

Pero hace 33 años, varias familias de escasos recursos llegaron a esa zona y construyeron sus casas, dándole paso al barrio.

De los primeros habitantes

Pedro Miguel Rodríguez se conoce la historia de El Desierto como ‘la palma de su mano’. A este hombre, de 73 años, nada lo detiene cuando habla de las necesidades que pasaron cuando llegaron a la zona.

Él arribó con su esposa Amira María Cruz Medina hace 33 años, en ese entonces vivir allí era difícil, porque no tenían servicios públicos y les tocaba rebuscarse para conseguir agua y electricidad.

La pareja se ríe al recordar los momentos difíciles que pasaron, junto con su hijo y dos niñas. El motivo de las carcajadas es porque, décadas después, analizan todo lo que hicieron por mantener su casa de tablas y tejas de zinc y traer un plato de comida.


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Rodríguez recuerda que cuando llovía, les tocaba dejar una motocicleta, que era su mayor propiedad, en el barrio Carlos Ramírez, porque era imposible transitar por el lodazal que se formaba.

“Dejábamos la moto allá y corríamos antes que la lluvia fuera peor, esto era un montón de trochas con ranchos que se podían caer en cualquier momento”, comentó el hombre.


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Una época peligrosa

Pedro Miguel es claro al decir que como en cualquier otro barrio de Cúcuta, en El Desierto también se vivió una época de violencia en la que hasta se veían por las calles hombres armados. Eso sucedió en la década del 90.

Las familias se acostumbraron a ver a los violentos salir a las calles ‘armados hasta los dientes’, al punto que cuando los perseguían la Policía se quedaban inmóviles, pensaban que si se entraban a sus casas, sospecharían que ellos los habían delatado o dado información a las autoridades.

Pero, poco a poco las autoridades recuperaron la zona para devolverles la tranquilidad a los vecinos. Muchos creen que los violentos merodeaban el barrio por ser un punto entre la ciudadela Juan Atalaya y Loma de Bolívar, que está ubicado a pocos minutos del centro.

Las fiestas del barrio

En agosto la alegría se toma El Desierto, porque ese mes, en 1989, las primeras familias invadieron para construir sus casas. Antes, según comentó Pedro Miguel, en el parque se reunían los vecinos para tomar cerveza y festejar esa fecha especial.

Diana Carolina Yáñez Urbina, lideresa comunal de El Desierto, indicó que aún no les han otorgado el estatus de barrio, por lo que a la zona no llegan ayudas de la Alcaldía.

Las vías

Yáñez Urbina comentó que la mayoría de las calles no tienen canalización, por lo que cuando llueve se inundad y deterioran el pavimento que con el paso del tiempo y la falta de mantenimiento se ha agrietado.

Algunas calles las pavimentaron en 2004, pero aún faltan otras por aplicarles asfalto para que sean transitables. La comunidad espera que la Alcaldía de Cúcuta les repare las vías.

Primeros fundadores

Ricardo Rojas fue de los hombres que tomó la iniciativa de fundar El Desierto, pues la necesidad de tener una casa, lo obligó a él y otras familias a invadir. Otras personas llegaron después a comprar lotes. En la administración de María Eugenia Riascos (2008- 2011) les otorgaron las propiedades de terreno a las familias, para que no los desalojaran, según comentó Rojas.

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