Una reserva forestal sobre la cordillera oriental, en inmediaciones del municipio de El Carmen, simboliza un pulmón donde se profesa un respeto especial hacia los recursos naturales.
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El milenario Monte Sagrado ha sido escenario de infinidad de historias, desde los ancestros indígenas, pasando por las confrontaciones armadas, hasta la era digital, donde el principal propósito es la conservación de la fauna y flora de la región.
Historiadores manifestaron que sirvió de refugio a los pobladores luego de los sangrientos episodios del 16 de noviembre de 1949 cuando fueron víctimas de la violencia bipartidista.
Metafóricamente se habla de una piedra gigante amarrada a unas cadenas que simbolizan las raíces de los árboles y si alguien se atreve a levantar el hacha para derribar el bosque o armar una trampa para cazar un animal, la montaña puede sepultar el caserío.
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“Es un mensaje de alto contenido ecológico encaminado a crear conciencia en el cuidado y conservación de los recursos naturales”, manifestó el profesor Filosofía y Letras del colegio Enrique Pardo Farelo, Gabriel Ángel Lozano Pérez.
Comarca amurallada de cerros
El Carmen, con una privilegiada posición geográfica, cuenta en su territorio con una reserva forestal donde se desprenden los riachuelos que abastecen acueductos veredales del Norte de Santander e, incluso, del sur de departamento del Cesar.
Fundada el 16 de julio de 1686 con el nombre de Estancia vieja de nuestra señora de El Carmen, con una altura de 761 metros sobre el nivel del mar y mil 723 kilómetros de extensión total, a 313 kilómetros de la ciudad de Cúcuta.
La cabecera municipal está rodeada por el Monte Sagrado, considerado como su pulmón y tesoro ecológico, donde se encuentran especies nativas de la región. El área es protegida por las autoridades ambientales para la conservación y preservación del agua y evitar la erosión.
En el año 2005 el centro histórico fue declarado como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional. Sus calles empedradas, de casas coloniales, son adornadas con el imponente Monte Sagrado que rodea parte de la población, manifestó el historiador Gabriel Ángel Lozano Pérez.
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Gran parte de su territorio conforma la reserva forestal de la serranía de los Motilones, que incluye el Parque Nacional Natural Catatumbo y el resguardo indígena motilón barí.
Una riqueza ambiental
Hablar de la leyenda del Monte Sagrado es sumamente enriquecedor porque el hecho de existir una piedra encadenada genera ciertas inquietudes, indicó el funcionario de la alcaldía Freddy Obregón.
¿Dónde está la piedra? ¿quiénes la amarraron? y el grosor de las cadenas, son los interrogantes que hacen parte del imaginario popular de los antepasados.
Representa ese gran monte que de una manera mágica veneraron los ancestros donde califican fundamental las raíces de los árboles y al cortarlas la inmensa roca destruirá a toda la población.
Según cuentan los abuelos, sirvió además de refugio para los carmelitanos que sufrieron los rigores de la violencia durante la matanza del año 1949. “Fue el escondite de aquellas manos asesinas que llegaron a saquear a la población y por eso el adagio popular: a robar a El Carmen”, anotó Obregón.
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Es el ícono central y es un bastión ambiental, el pulmón que regala oxígeno a todas las generaciones y es fundamental el cuidado más allá del monitoreo constante de las comunidades, puntualiza.
Brilla con luz propia
La estudiante de Comunicación Social de la universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, María Fernanda Julio Duarte, manifestó que esa leyenda encierra un gran significado para la cultura carmelitana.
“Es el oro preciado que tenemos, un atractivo turístico donde la historia dice que está sujeto por unas cadenas, que en realidad son las raíces de los árboles, al talar el bosque o matar un animal, el monte taparía al municipio”, agregó
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