La Comisión de la Verdad entregó el informe sobre el conflicto armado en Colombia, entre 1985 y 2016, con un total de 450.664 muertos y 8 millones de desplazados, que permitió hacer algunos contrastes.
Lea: Llamado al alcalde
Por ejemplo, y así lo expuso el director de esa organización cuyas recomendaciones no son vinculantes, el padre Francisco de Roux, si hiciéramos un minuto de silencio por cada una de las víctimas, el país tendría que estar silenciado durante 17 años.
Son 896 páginas las que comprenden el reporte que contiene diez capítulos relacionados con hallazgos y recomendaciones para la no repetición, violaciones a los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, la narrativa histórica, la dinámica territorial del conflicto, los ataques a las mujeres y a la población LGTBI, las etnias, el exilio, los efectos en la niñez y la juventud, los testimonios, los impactos y resistencias.
Resultaría muy importante que, así sea de a poco, los colombianos entren a las plataformas digitales y vayan leyendo y analizando este crudo y doloroso informe relacionado con los horrores cometidos en el país por la guerrilla, los paramilitares y los agentes del Estado.
Indudablemente tener esta visión de la guerra que nos ha hecho tanto daño, servirá para llegar a conclusiones y consolidar propósitos de no volver a caer en semejantes situaciones como las descritas allí, para ver si por fin hacemos realidad aquello que tanto se pregona pero casi nunca se logra: ‘conocer la historia para no repetirla’.
Para la consolidación de ese trascendental documento, la Comisión de la Verdad escuchó directamente a cerca de 30.000 personas.
Además: La revocatoria que no fue
Con ese propósito se recolectaron los testimonios a partir de la recolección de cerca de 15.000 entrevistas individuales y colectivas, tanto en el territorio nacional como el de miles de colombianos que se encuentran exiliados en 23 países, hacia donde tuvieron que huir para que no los mataran en medio de la conflictividad armada.
Y, lógicamente, en regiones como Norte de Santander que ha sufrido con rigor los embates de la violencia en sus matices, el citado análisis debe de servir como un insumo para conocer buena parte de los motivos que degeneraron en masacres, homicidios, desplazamientos, despojos, secuestros y ataques contra la propiedad en medio del fragor de la guerra fratricida.
Entre 1985 y 2018, de acuerdo con uno de los datos consignados en el texto que describe los dramáticos momentos que se han vivido en el país, en el departamento fueron asesinadas 21.418 personas, como víctimas directas del conflicto armado. Pero, obviamente, habrá que revisar detalladamente para encontrar más datos.
Como era de esperarse, hay sectores que no están de acuerdo ni con el trabajo de la Comisión ni con el resultado de este ejercicio de diálogo social y de investigación que llevó a estos hallazgos, asunto que conllevará a los necesarios contrastes y debates con quienes niegan que mucho de lo allí expuesto pudiera considerarse como parte de un conflicto armado interno.
El mismo presidente Iván Duque es partidario de un ejercicio como el planteado.
“Es un reporte para generar un buen debate dentro la sociedad, para que tengamos la posibilidad de leerlo y desmenuzarlo, de conocer las apreciaciones en lo que son hallazgos, de poder también debatir, controvertir, pero al mismo tiempo construir sobre la base de los hallazgos”.
Ahora debemos esperar que como sociedad seamos capaces de avanzar en las recomendaciones señaladas en el informe, que van desde la implementación integral del acuerdo de paz, frenar la impunidad, superar el racismo estructural, el colonialismo y la exclusión, establecer una nueva visión de la seguridad y dar a los campesinos el lugar que tienen para la vida.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
