Desde que inició el mes de diciembre, Norte de Santander ha registrado 28 lesionados por pólvora según las últimas cifras entregadas por el Instituto Nacional de Salud (INS), siendo el 24 y 25 de diciembre los días en que más casos se han reportado.
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De las víctimas, 17 son mayores de edad, 9 resultaron lesionadas mientras se encontraban bajos los efectos del alcohol.
Los otros 11 son menores de edad y 2 de ellos sufrieron el accidente mientras se encontraban en compañía de un adulto en estado de embriaguez.
Una situación lamentable, destacando que de acuerdo con el INS, los totes (71,4%) y los voladores (21,4%) han sido los elementos pirotécnicos que más lesiones han causado quemaduras, laceraciones, contusiones y daños oculares.
Y es que si bien es cierto, no hay pólvora inofensiva, entre las más tóxicas y peligrosas se encuentran las mencionadas anteriormente, ¿por qué?
La Opinión consultó con Yahir Gómez, profesional en el manejo de pirotecnia, quien explicó que con la Ley 2224 de 2022 para “la regulación del uso, la fabricación, la manipulación, el transporte, el almacenamiento, la comercialización, la compra, la venta y el expendio de pólvora y productos pirotécnicos”, los voladores se encuentran en la categoría 3 de los artículos pirotécnicos que presentan un riesgo alto y cuyo uso solo está destinado para espectáculos públicos en espacios grandes abiertos al público.
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“Para ser importados, adquiridos y utilizados, se requiere ser un experto pirotécnico, acreditado por autoridades civiles y/o públicas competentes, o un técnico especialista asociado a una empresa cuya actividad esté inscrita en Cámara y Comercio y autorizada por el Ministerio de Defensa Nacional”, señala la Ley.
Gómez manifiesta que los voladores deben ser lanzados desde un soporte fijo y no con la mano, como lo manipulan las personas tradicionalmente.
“Estos se deben lanzar desde algo que esté firme sobre la tierra y que asegure el volador, para poder prenderlo de manera segura. Las personas los agarran, los prenden sin ningún tipo de protección, o sea los lanzan con la mano y a veces hasta comparten lanzarlos entre varios, y ahí están los riesgos, tanto para el lanzador como para los que están cerca”, dijo Gómez.
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El profesional indicó que cuando estos elementos vayan a ser lanzados, es necesario que las personas que quieran observar, se alejen a una distancia prudente, precisando también que, una parte de los lesionados, ni siquiera han estado manipulando este artefacto, sino que se han quemado solo por ser observadores.
“Cuando uno manipula pólvora, sabe los peligros a los que se expone, porque tienen una carga explosiva, cualquier roce puede ser letal, por eso hasta nosotros como profesionales debemos tener muchos cuidados. Hay que saber que si se van a quemar diferentes juegos pirotécnicos, se deben mantener a diferentes distancias, para evitar, por ejemplo, que una llama incendie todo, porque no todo se manipula igual”, añadió el profesional.
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